martes, 13 de octubre de 2009

Bachi y un nuevo plano de la ciudad

Dos estudiantes y un puñado de profesores discuten en una mesa rectangular los pasos a seguir. Son miembros del “Bachi” que funciona en el Centro Cultural “América Libre” en la esquina de San Martín y XX de septiembre.
Son las 20:30 y están en la clase de geografía con sus profesores Lucía y Gonzalo, además de la presencia de Juan (profesor de Historia) y Adrián (Psicología Social). El debate se centra en su proyecto final integrador: un plano de la ciudad, con referencias que ellos mismos eligieron para mostrar “la otra Mar del Plata”. “La idea es intervenir el mapa, con temas que ya trabajamos antes, hacer como un tríptico turístico de Mar del Plata que al abrirlo tenga una pequeña explicación de cada referencia”, cuenta Lucía y agrega un ejemplo “en el puerto de Mar del Plata pondríamos que trabajan tantas personas, de las cuales tantas lo hacen en negro y el recurso está agotado porque…”. Algunos de los temas planteados para presentar en este plano, elegidos y trabajados por los propios alumnos, son: personas en situación de calle, planta de afluentes cloacales, el predio de basura, el problema de la pesca, entre otros. Son todas temáticas que los educandos conocen por experiencia propia o cercana, y mediante el trabajo integrado de todas las materias, irán desarrollando. Para los profesores el principal objetivo es que la confección del mapa sea una herramienta pedagógica y no una simple compilación de temas.

La idea es preparar este material para que pueda ser distribuido, tanto dentro del Centro Cultural, como en la Peatonal y a través de los medios de comunicación. Esto se debe a que uno de sus objetivos, según puntualizaron los profesores, es que “el Bachi pueda salir, que la educación no quede en cuatro paredes, sino que la producción de lo que se investiga, salga”. Además dejaron en claro que no buscan que este mapa sea “un volante de propaganda política”, por eso la importancia de remarcar las fuentes de toda la información que publiquen. “Es un inicio de un modelo de trabajo que está teniendo el Bachi de ahora en más, que tiene que ver con trabajar de forma articulada las problemáticas locales para luego ir a lo general”, concluye Lucía.
En el primer registro del Bachi había 21 estudiantes, pero después de las vacaciones y, como consecuencia de la gripe A, quedaron entre 8 y 10. “Además hay problemas con la gente que tiene que tomarse dos colectivos, tienen familia o se enferman. Entonces como plan de emergencia para que puedan venir decidimos dar clases lunes, miércoles y viernes. Era mucho cinco veces a la semana”. Desde el Bachi prefieren hablar de estudiantes o educandos, ya que alumno significa "persona sin luz".
Silvia es una de las estudaintes del Bachi. Tiene 54 años y 12 nietos. Ella cuenta que se acercó al Bachi porque el secundario es algo que le había quedado pendiente, “en el momento que tenía que hacerlo no me dejaron y acá encontré un lugar que me gustó y bueno, voy a intentarlo”. Participa activamente en el debate, aportando ideas y experiencias personales, como en el caso del trabajo en negro. “Yo más o menos se como es el tema: te toman para limpiar la cocina y a los tres días te están mandando a cuidar los abuelos o andá a cocinar o a sacarme el perro. No es así. Y cuando vas a pedir un recibo de sueldo no existe y si vos te quejás te dicen bueno andate, porque a los diez minutos tengo otra tocando la puerta”, cuenta con la resignación de quien conoce una realidad inevitable.
El Bachi cuenta con un gran cuerpo docente que se acercó con el anhelo de construir “otro modelo educativo”. En su primer año, están en pleno proceso de conocimiento para poder lograr una identidad que les permita poder trabajar en conjunto, a pesar de venir de diferentes disciplinas. Y lograr, como uno de sus principales objetivos, que sus estudiantes se sientan parte de este proyecto y no sean sólo receptores.

Por Agustina Pascua
http://www.ritmosdeciudad.blogspot.com/
agustinapascua@puntonoticias.com.

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